¡Tazas que alegran el día!

Un nuevo proyecto que llevaba un tiempo rondando por mi cabeza, todo por la manía persecutoria de mi amiga María hacia las tazas del desayuno. Nunca pensé que una taza tuviera que cumplir tantos requisitos para cumplir honradamente con su misión: boca ancha, grande, original... ¡Todo sea por los desayunos que me ha invitado en su casa! Han sido muchos, y excepcionales, pero muchos más han sido los desayunos que he comprartido con ella fuera de su casa, en los lugares más remotos de España. Desayunos mucho menos saludables, con un café más parecido al alquitrán que a un líquido obtenido de semillas tostadas y, por supuesto, mucho menos lujosos. Pero sin duda, los mejores desayunos del año aunque las tazas no cumplan ninguno de los criterios de calidad que ella exige. Por lo tanto, no es la taza la que hace bueno un desayuno, ni siquiera el café...
Aún así, me gusta coger la taza y pensar en ella, en los buenos desayunos que auguran un buen día, en desayunos que me trasladan a una compañía inigualable, con unos compañeos, o amigos, que me hacen viajar a un mundo diferente. Y aunque ese viaje sea corto (en tiempo, porque en espacio es infinito), intento trasladar esas sensaciones a un día a día que no tiene por qué ser menos apasionante.
De este modo y porque sí, este nuevo proyecto, porque creo en las tazas especiales.


Por ti, maifri.








Pero mi pasión por los desayunos en tazas especiales no quedan reducidos a los desayunos con la rubia y nuestros viajes al centro de la felicidad. Sería injusto no mencionar esos desayunos esporádicos tras las noches de jarras de cervezas que te hacen levantarte a las 8 de la mañana el único día que no tienes que madrugar. Esas mañanas que te levantas deseando que el resto no se queden dormidas y no te veas sola en el bar de siempre, con la tosta de jamón más rica de todo Cáceres pero acordándete de las cervezas del día anterior y de quienes las pedían. Y tanto riesgo solo por compartir los primeros rayos de sol con ellas, con las agentes de unas conversaciones inverosímiles, de unas risas aseguradas, de unas "intervenciones" necesarias, de las protagonistas de otro viaje al centro de la felicidad enmarcado en el más absurdo día a día.

Y como algo más que simple tazas, muestro las mías.
¡Feliz viaje!


Más tazas, buen regalo de Reyes!








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