jueves, 18 de octubre de 2012

Impresionismo

Sin duda el Impresionismo es uno de los movimientos que más ha inspirado a la moda.


Impresión: sol naciente. Claude Monter, 1872-1873. París, Museo Marmottan Monet.


Desayuno sobre la hierva. Édouard Manet, 1863.
Este movimiento artístico se desarrolló a partir de la segunda mitad del siglo XIX en Europa, principalmente en Francia y nace como una evolución a ultranza del Realismo y de la Escuela paisajística francesa de finales de siglo. Se corresponde con una transformación social y filosófica: por un lado el florecimiento de la burguesía y por otro, la llegada del positivismo. Este último acarrea una concepción de objetividad de la  percepción, de un criterio científico que resta valor a todo lo que no sea clasificable según las leyes del color y de la óptica. Para el impresionismo, cualquier objeto afectado por la luz y el color era susceptible de ser representado artísticamente.


Teras Kafe, Vincent Van Gogh, 1888.






El cuadro impresionista se vuelca en los paisajes, las regatas, las reuniones domingueras, etc. Aparecen nuevos espacios con nuevos protagonistas: el campo como lugar de ocio de la burguesía; la ciudad con sus boulevards y jardines; la noche con sus locales nocturnos, los cafés y sus tertulias, los ballets y cabaret...










Los impresionistas se agruparon en torno a la figura de Manet y proponen el nuevo léxico que tanto ha atraído a los diseñadores de moda: la pincelada descompuesta en colores primarios que han de recomponerse en la retina del espectador. El resultado es una pintura amable, ligera, llena de luz y color, rerendada por una amplia aceptación social, por esa burguesía que
se veía a menudo retratada en los lienzos
impresionistas.

Clase de baile, Degas, 1875.
París, Museo de Orsay.



Si exploramos el mundo de la moda, en las colecciones de primavera-verano se ha propiciado la entrada en escena de rotundos tonos pastel que han contribuido a llenar de luz las prendas. En este sentido, desde Nicolás Ghesquière para Balenciaga, Marc Jacobs, Chloè, John Galliano de Dior, Húngaro y Lacroix gustan de la experimentación con el contraste de colores impresionistas.

Alberta Ferreti, primavera-verano 2010.

Denis Basso, primavera-verano 2010.

Dior, primavera-verano 2010.

DKNY, primavera-verano 2010.

Dolce & Gabanna, primavera-verano 2010.

John Galliano, primavera-verano 2010.

H & M, The Garden Collection, primavera-verano 2010.


Marni, primavera-verano 2010.

Mimoki inspirado en Monet.

Ralph Lauren, primavera-verno 2010.

Pero el impresionismo no solo inspiró los diseños de 2010. En las últimas pasarelas también se ha dejado ver, como vemos en las colecciones de Lacroix, Valentino o Marc Jacobs.

Colección Christian Lacroix.

Valentino, primavera-verano 2013.

Marc Jacobs, primavera-verano 2013.


Pero aún podemos observar ejemplos más concretos. En 1988 Yves Saint Laurent diseñó unas chaquetas inspiradas en los lirios y girasoles de Vincent Van Gogh.
Otro diseño claramente impresionista es el vestido diseñado por Galliano en su colección Rothko (un claro guiño al arte abstracto) que celebró el aniversario de Dior, inspirado en el cuadro Vetheuil (1901) de Claude Monet.
En 2009 llegaron a las pasarelas las colecciones de Albert Kriemler para la marca Akris, unos diseños inspirados en las pinturas impresionistas de Monet.

YSL (1988) y Lirios, Van Gogh (1889).
Monet y Galliano.

Water lilies, Monet y Kriemler (2009).




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